La introducción de autobuses eléctricos supone un cambio tecnológico. Los autobuses eléctricos y los autobuses convencionales tienen, en su mayoría, las mismas características de seguridad. Sin embargo, las diferencias importantes son el tren motriz y el almacenamiento de energía. Esto es una parte integral de la arquitectura de seguridad de Volvo, que incluye todos los aspectos de los sistemas y componentes eléctricos del vehículo.
Cada celda de batería ya incluye una funcionalidad preventiva, funciones autónomas que evitan el empeoramiento en caso de daños. A nivel vehicular, todas las funciones se monitorean de manera que el conductor y el control del tráfico puedan ser alertados en caso de que se detecte un riesgo.
El sistema de seguridad de los autobuses eléctricos Volvo advierte de manera instantánea al conductor, pero solo cuando se necesita de su intervención directa. Evitar información redundante ayuda al conductor a mantenerse concentrado en su tarea principal: llevar a los pasajeros hacia sus destinos, de forma segura y a tiempo.
La seguridad del vehículo está sujeta a una amplia gama de regulaciones. En el caso de los trenes motrices eléctricos, el estándar R100 es fundamental. La norma describe una multitud de parámetros que deben considerarse y probarse. Todos los vehículos eléctricos de Volvo Buses cumplen la norma R100.
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